#393 Supersticiones de Nochevieja
Transcripción:
- ¿Entonces se tiene que beber el agua del balde, tirar champán por la ventana y barrer las uvas?
- Lo entendiste todo mal. Por favor, escucha, escucha este episodio.
Sí, es mejor prestar atención al episodio de hoy, porque hablo de tradiciones, rituales y supersticiones de Nochevieja. Algunas de ellas son realmente curiosas.
Creo que es un buen tema para terminar el año.
La idea detrás de estas tradiciones es cerrar el año viejo y dar la bienvenida al año nuevo. Vamos a ver la primera.
Las doce uvas de la suerte
Imagina la escena: son las 12 de la noche y con cada campanada, en España y en muchos países latinoamericanos, la gente come una uva. Sí, has leído bien: ¡una uva por cada campanada! Esta tradición, que comenzó en 1909 debido a un excedente de uvas en Alicante, España, es ahora una tradición para supuestamente atraer buena suerte para cada uno de los doce meses del año. ¿El reto? Comerlas todas antes de que las campanadas terminen. ¡Una divertida carrera contra el tiempo!
Tirar agua por la ventana… y papeles
En Uruguay, existe la tradición del “baldazo”, donde se lanza agua con un balde (bucket en inglés). La idea es tirar agua por la ventana. A veces, si estás caminando debajo de esa ventana, el agua te puede caer encima y mojarte..
Otra variante menos arriesgada es la de lanzar papeles por las ventanas. A veces se lanzan calendarios rotos.
Quema de muñecos
Otra tradición curiosa originaria de Ecuador es confeccionar un muñeco (en inglés se traduce como effigy). A este muñeco se le llama “Año Viejo”. Se fabrica con materiales inflamables, tales como papel, madera y ropa. A menudo se añaden artefactos pirotécnicos.
Estos muñecos se construyen en familia, amigos, asociaciones, etc. y se exhiben en los barrios.
Este ritual se ha extendido en varios países de Latinoamérica, desde México hasta Uruguay.
En Chile se realiza la “Quema de Monos”. También son muñecos elaborados con papel y objetos y simbolizan las malas experiencias.
Ropa Interior roja
Esta peculiar costumbre para Nochevieja es la de llevar ropa interior roja (ropa interior, en inglés es underwear). Sí, ya sé, es un poco raro, pero en España es una tradición.
Su origen se remonta a la Edad Media en Europa, donde se prohibió el rojo para la ropa. Con el tiempo este color se empezó a vincular con la buena suerte, y como no se podía llevar, se usaba en la ropa interior.
Pero, curiosamente, el color rojo no es el único usado. En varios países como Perú se usa el amarillo e incluso el verde, como en México.
Anillo de Oro en la Copa de Champán
En algunas zonas de España y América Latina, se coloca una joya de oro, como un anillo, en la copa de champán durante las campanadas para atraer buena suerte y prosperidad. La idea no es beberte el champán y el anillo, claro. Simplemente beber el champán y dejar el anillo dentro… Y acordarte de recuperarlo.
Barrer Hacia Afuera
Hay que barrer, pero en México, van un paso más allá. Barrer, por cierto es to sweep en inglés. En Nochevieja se barre la casa, pero hacia afuera. Es decir, hacia la puerta, simbolizando la expulsión de lo malo y la bienvenida de lo bueno. Es una forma simbólica de comenzar el año con un hogar y un espíritu renovados. Por cierto, para barrer se usa la escoba (broom en inglés).
Mucha gente que realiza estas tradiciones o rituales, no lo hace porque realmente crean en ello, pero si porque todo el mundo lo hace y es una manera de sentirse integrado. Por otra parte, parece que para algunos tiene un efecto psicológico en cuanto dejar de pensar en cosas pasadas y encarar el año nuevo con una mejor predisposición.
En todo caso, estas tradiciones reflejan la rica diversidad cultural de las comunidades hispanohablantes. Conocerlas es sumergirse en su cultura y la forma de pensar de esas sociedades.
Por cierto, ¿tienes en tu país tradiciones o supersticiones un poco extrañas? Sí es así, puedes enviarme un mensaje contándolo. Tengo curiosidad.
Ah, y recuerda que en www.unlimitedspanish.com puedes conseguir el texto completo. Simplemente haz clic en el menú de pódcast y podrás navegar por los diferentes episodios.
PUNTO DE VISTA
(mejora tu gramática)
Pero ahora, pasamos al punto de vista. Es una historia realmente divertida. Te la contaré dos veces. La segunda vez cambiaré un aspecto gramatical. Solo escucha y disfruta… Y trata de no reírte. Bueno, si quieres, puedes reírte 🙂
Primero, en pasado.
Octavio, junto a su familia y amigos, estaba esperando las doce campanadas para tomar las doce uvas de la suerte. Solo faltaban cinco minutos. Entonces tuvo una brillante idea: Se propuso combinar todas las tradiciones de Nochevieja a la vez para asegurarse un año lleno de buena suerte, ¡pero casi no había tiempo!
Lo primero que hizo fue poner su anillo de oro en la copa de champán.
De inmediato, salió corriendo hacia su habitación y se puso, como pudo, ropa interior roja encima de los pantalones. ¡Parecía Supermán!
Corrió a toda prisa hacia la cocina, agarró un balde y lo llenó de agua. Justo en ese momento, las campanas empezaron a sonar.
Octavio salió corriendo hacia la mesa, pero se resbaló y el balde cayó en su cabeza, mojándose. Tomó como pudo tres uvas de las tres primeras campanadas.
En ese momento se acordó de la tradición de lanzar papeles fuera, pero como no tenía ningún papel cerca, agarró un libro y lo lanzó por la ventana… Rompiendo el cristal porque estaba cerrada.
A continuación, mientras iba tomando como podía las últimas uvas con las últimas campanadas, agarró una escoba y empezó a barrer hacia afuera. La escena era cómica.
Cuando acabaron las campanadas, su familia y sus amigos lo miraban estupefactos, y él, fingiendo normalidad, levantó la copa de champán, miró a todos y dijo: “¡¡¡Feliz año nuevo!!!”, bebiéndose todo el champán… con el anillo incluido. Menos mal que empezó a toser y pudo recuperarlo.
Todos se rieron a carcajadas incontroladas durante varios minutos. Finalmente, un amigo de Octavio, entre risas, le dijo: “Oye, lo de quemar el muñeco… ¡Mejor otro día!”.
Ahora escucha la historia desde un punto de vista hipotético.
Hola, soy Octavio y falta poco para las doce campanadas. Voy a compartir contigo lo que creo que pasaría si pusiera en práctica una idea que tengo en la cabeza.
Estaría esperando las doce campanadas para tomar las doce uvas de la suerte. Solo faltarían cinco minutos. Entonces tendría una brillante idea: Me propondría combinar todas las tradiciones de Nochevieja a la vez para asegurarme un año lleno de buena suerte, ¡pero casi no había tiempo!
Lo primero que haría sería poner mi anillo de oro en la copa de champán.
De inmediato, saldría corriendo hacia mi habitación y me pondría, como pudiera, ropa interior roja encima de los pantalones. ¡Parecería Supermán!
Correría a toda prisa hacia la cocina y agarraría un balde y lo llenaría de agua. Justo en ese momento, las campanas empezarían a sonar.
Saldría corriendo hacia la mesa, pero resbalaría y el balde caería en mi cabeza, mojándome. Tomaría como pudiera tres uvas de las tres primeras campanadas.
En ese momento me acordaría de la tradición de lanzar papeles fuera, pero como no tendría ningún papel cerca, agarraría un libro y lo lanzaría por la ventana… Rompiendo el cristal porque estaría cerrada.
A continuación, mientras fuera tomando como podría las últimas uvas con las últimas campanadas, agarraría una escoba y empezaría a barrer hacia afuera. La escena sería cómica.
Cuando acabaran las campanadas, mi familia y mis amigos me mirarían estupefactos, y yo, fingiendo normalidad, levantaría la copa de champán, miraría a todos y diría: “¡¡¡Feliz año nuevo!!!”, bebiéndome todo el champán… con el anillo incluido. Menos mal que empezaría a toser y podría recuperarlo.
Todos se reirían a carcajadas incontroladas durante varios minutos. Finalmente, un amigo mío, entre risas, me diría: “Oye, lo de quemar el muñeco… ¡Mejor otro día!”.
Bueno, esto es lo que creo que pasaría…Oh, perdón… ¡Empiezan las campanadas! ¡¡¡Feliz año nuevo!!!
¡Feliz año nuevo, Octavio! Gracias por contarnos la segunda versión de la historia. Y por supuesto, feliz año nuevo a ti, querido oyente. Es un placer poderte ayudar en tu camino de aprendizaje de español, desde mi pódcast y mis cursos.
Te deseo lo mejor para el año nuevo que viene.
Nos vemos pronto. ¡Cuídate!
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