#365 Los relativos en español
Transcripción:
- Hoy hablamos de relativos
- ¡Ah! Qué interesante. Miembros de la familia, ¿no?
- Te confundes con ‘relatives’, que en inglés sí que son miembros de la familia. Escucha por favor.
¡Hola! Soy Óscar. Gracias por acompañarme en un nuevo episodio del pódcast de unlimitedspanish.com.
Y sí, escucha, escucha, porque hoy te presento los relativos. Lo que quiero es presentarte, a través de ejemplos, sus diferentes usos y palabras.
Cuando hablo de relativos, me refiero a este tipo de construcciones: que, el que, la que, las que, quien, quienes, del que, las que, …
Como ves, existen muchas combinaciones, y las explicaciones formales son complejas y difíciles de entender y recordar.
Si preguntas a cualquier nativo, la gran mayoría no tendrá ni idea de cómo se usan. Simplemente, tienen esa intuición para hablar o escribir correctamente. Esto se desarrolla exponiéndote al español en contexto y escuchando contenido como este pódcast o uno de mis cursos.
Así que te voy a dar bastantes ejemplos y con múltiples combinaciones. ¿De acuerdo? No te preocupes si no lo recuerdas. Necesitas exponerte a este tipo de construcciones en contexto y con ejemplos, o mejor aún, con historias.
El primero:
Que
Imagina que dices esto:
Tengo un loro. El loro habla.
Felicidades por tener un loro. Pero imagina que quieres decir lo mismo en una sola frase. Entonces, puedes decir:
Tengo un loro que habla.
Fácil, ¿no? En esencia, ese “que” se refiere al “loro”.
Más ejemplos:
María tiene un loro. María también habla.
Felicidades, María, porque sabes hablar. Podemos decir eso en una sola frase:
María, que tiene un loro, también habla.
O: María, quien tiene un loro, también habla.
O: María, la cual tiene un loro, también habla.
Como ves, el español es muy flexible, y varias palabras se pueden usar. En el caso de “la cual”, suena un poco más formal. Es más bien una cuestión de estilo.
Más ejemplos:
El dinero con que compré el loro.
La casa en que viví con el loro.
Vamos a ver más relativos:
El que / la que / los que / las que
Supón que dices:
Llamé al veterinario. Él curó al loro.
También lo puedes decir así:
Llamé al veterinario, el que curó al loro.
O, en femenino:
Llamé a la veterinaria, la que curó al loro.
Otros ejemplos:
El que termine la sopa, puede ir a jugar con el loro.
Los que llegaron antes pudieron ver el espectáculo de loros.
Por supuesto, puedes usar el plural:
Llamé a los veterinarios, los que curaron al loro.
Llamé a las veterinarias, las que curaron al loro.
Como he dicho anteriormente, el español es muy flexible. Así, podemos decir lo mismo con el cual / la cual:
Llamé al veterinario, el cual curó al loro.
Llamé a la veterinaria, la cual curó al loro
O en plural:
Llamé a los veterinarios, los cuales curaron al loro.
Llamé a las veterinarias, las cuales curaron al loro.
Como he dicho antes, el uso de “cual / cuales” es ligeramente más formal. No te preocupes demasiado si no lo usas, ya que algunos nativos tampoco lo usan nunca.
Bien, ahora pasamos a:
Lo que, lo cual
La frase:
El loro me respondía a las preguntas, lo que me alegró mucho.
Puedes también decirla así:
El loro me respondía a las preguntas, lo cual me alegró mucho.
¡Venga, más!
Quien, quienes
Vale, en este caso nos referimos exclusivamente a personas. Unos ejemplos:
Jaime, quien tiene un loro, siempre dice que mantiene conversaciones muy interesantes.
O:
Jaime y Yolanda, quienes tienen un loro, siempre se discuten con el pájaro.
¿Uno más? ¡Claro que sí!
Cuyo, cuya
Si quieres decir, por ejemplo:
Esa persona tenía una casa. En esa casa vivíamos, con un loro. Esa persona era muy amable.
En una sola frase, dices:
La persona en cuya casa vivíamos, con un loro, era muy amable.
Por cierto, así empieza el Quijote, la obra de Cervantes:
En un lugar de la Mancha, cuyo nombre no quiero acordarme.
Bien, creo que es suficiente, ¿no? Como dije al principio, he querido presentarte, a través de ejemplos, una variedad de uso de relativos. Como ves, las combinaciones son muchas.
Ahora, la próxima vez que detectes palabras así, podrás prestar un poco más de atención. Esto despierta tu habilidad de ver relaciones entre palabras y estructuras. De alguna manera, estás aprendiendo los patrones del español.
Ah, por cierto, no necesitas un loro para poder usar los relativos. Sí, te lo aseguro… ¡No necesitas un loro!
PUNTO DE VISTA
(mejora tu gramática)
Vale, muy bien. Vamos a practicar con un punto de vista, y usando algunos relativos. Creo que puede ser muy útil e interesante, y además, pienso que lo verás más fácil, ya que está en contexto de una historia.
Primero, en pasado.
En la más tranquila biblioteca de España, el Sr. Fernández, quien adoraba el silencio, se encontró con Epifanio, un loro que había sido abandonado en su puerta. Epifanio no era cualquier loro; era un loro cuyo sarcasmo era legendario.
El Sr. Fernández, que tenía buen corazón, le permitió quedarse con la condición de que no hablara, pero Epifanio tenía otros planes. Cada vez que alguien decía algo absurdo, lanzaba un comentario fuera de lugar, lo cual siempre provocaba risas, excepto en el case del Sr. Fernández.
“Los clásicos son tan emocionantes como mi dieta”, decía Epifanio, lo que hacía enojar al Sr. Fernández. Y frente a la jerga de los adolescentes, Epifanio cuestionaba: “¿Es ese el nuevo dialecto del que todos hablan?”
La biblioteca, la cual fue una vez un santuario de silencio, se convirtió en el hogar de un loro que enseñó al Sr. Fernández que una dosis de humor puede ser justo lo que se necesita para animar incluso los lugares más solemnes.
Vale. Ahora practicamos el futuro:
En la más tranquila biblioteca de España, el Sr. Fernández, quien adorará el silencio, se encontrará con Epifanio, un loro que habrá sido abandonado en su puerta. Epifanio no será cualquier loro; será un loro cuyo sarcasmo será legendario.
El Sr. Fernández, que tendrá buen corazón, le permitirá quedarse con la condición de que no hablara, pero Epifanio tendrá otros planes. Cada vez que alguien dirá algo absurdo, lanzará un comentario fuera de lugar, lo cual siempre provocará risas, excepto en el caso del Sr. Fernández.
“Los clásicos son tan emocionantes como mi dieta”, dirá Epifanio, lo que hará enojar al Sr. Fernández. Y frente a la jerga de los adolescentes, Epifanio cuestionará: “¿Es ese el nuevo dialecto del que todos hablan?”
La biblioteca, la cual habrá sido una vez un santuario de silencio, se convertirá en el hogar de un loro que enseñará al Sr. Fernández que una dosis de humor puede ser justo lo que se necesita para animar incluso los lugares más solemnes.
Muy bien. Esto es todo por hoy. Recuerda que tienes el texto de este episodio en mi página web:
www.unlimitedspanish.com/podcast
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Nada más por ahora. ¡Nos vemos la semana que viene, y si tienes un loro, no le enseñes sarcasmo!
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