#376: Qué llevar en la playa
Transcripción:
Hoy:
- Hablo de qué llevar a la playa. ¡No hay que olvidarse de cosas muy importantes!
- A continuación, un exclusivo punto de vista para practicar tu gramática. Esta vez en pasado en tercera persona y en presente en primera persona.
Mira como pasan los días. Ya estamos en junio. Y con junio, viene el verano y el buen tiempo. El verano es mi estación favorita… Si no tengo en cuenta el otoño, el invierno y la primavera. Bueno, en realidad, todas las estaciones tienen su encanto.
Una de las actividades preferidas de mucha gente durante el verano es ir a la playa. Parece ser que cuanta más calor, más llenas están las playas españolas. Y es que refrescarse en el agua es agradable.
Yo voy a la playa de vez en cuando. Me gusta ir por la mañana, cuando no hay mucha gente. Para mí el mediodía es demasiado caluroso y los rayos del sol realmente queman la piel, pero hay gente que le encanta eso.
Hoy quiero hablar de qué cosas llevar a la playa. Así practicarás vocabulario específico sobre el tema, y por supuesto, serás el mejor preparado en toda la playa. Vamos a por el primer elemento:
Bañador / traje de baño
Primero de todo, necesitas lo más importante, a no ser que quieras llamar la intención: necesitas un bañador. Aunque la palabra lo sugiera, un bañador no es una persona que se baña. Es una pieza de ropa que te pones y te cubre… Bueno, imagínatelo. Un consejo a los hombres. Cuando te pongas el bañador, ajústalo bien. No es la primera vez que alguien pierde el bañador en el agua 🙂
En vez de bañador, también puedes decir “traje de baño”, que significa lo mismo.
Toalla
Cuando sales del agua es muy posible que quieras secarte. Por tanto, necesitas una toalla. Pero la toalla de playa no solamente es para secarte. Te sirve para extenderla en la arena y tumbarte. Así puedes tomar el sol y ponerte moreno. Por esta razón, las toallas de playa suelen ser extragrandes.
Cuando la playa está muy concurrida, es decir, con mucha gente, hay quien extiende varias toallas para guardar el sitio para los amigos que vienen más tarde. En mi opinión es poco respetuoso hacer esto, ya que se ocupa un espacio, a veces durante horas, que nadie utiliza.
Protector solar
En verano el sol pega fuerte. Es decir, su intensidad es alta, sobre todo en las horas centrales del día. Para disfrutar del sol sin que te perjudique, lleva un buen protector solar. A veces también se llama bloqueador solar. Normalmente, es una crema que se aplica a la piel y se absorbe poco a poco.
Barcelona atrae a muchos turistas, y es normal ver a más de uno muy quemado por el sol. Se entusiasman y toman el sol sin ninguna protección durante horas. Puedes usar la curiosa expresión “me he puesto como una gamba” si te quemas en exceso debido al sol. Así que, en verano, a veces veo a gente que se ha puesto como una gamba.
Gafas de sol
No solamente te tienes que proteger la piel, sino también los ojos. Ya sabes que en verano el sol es muy intenso. Es esencial llevar un buen par de gafas de sol. También es útil tener un estuche rígido. Un estuche es donde pones las gafas de sol. Cuando el estuche es rígido no te tienes que preocuparte de los golpes cuando las gafas están entro.
Sobrero o gorra
Aunque no acostumbro a ponerme sobrero o gorra, creo que es una buena idea llevarlo para protegerte la cabeza en las horas centrales del sol. Si tuviera que elegir, preferiría una gorra, ya que la puedes guardar mejor en cualquier sitio.
Gafas de buceo y tubo.
Si las gafas de sol son para protegerte del sol, las gafas de buceo son… Para protegerte del agua, claro. Y es que el agua está salada y no es buena idea abrir los ojos cuando estás sumergido. Así que necesitas un buen par de gafas de buceo. Si quieres aparentar que sabes lo que haces, puedes añadir un tubo para respirar dentro del agua. Parecerás Jacques Cousteau y podrás maravillarte de los peces… Y si hay un tiburón, serás el primero en verlo… Y gritar.
Yo tengo gafas… Pero son de piscina. Básicamente, las uso para nadar. Esas gafas me sirven igual. Las gafas típicas de buceo son quizás demasiado voluminosas.
Colchoneta de aire.
Imagina que quieres tener algo que flote y además poderte tumbar en el agua. Esta es la solución perfecta: una colchoneta de aire. Se hincha soplando y soplando como el lobo del cuento, pero vale la pena. Cuando era pequeño tenía una y en la playa estaba jugando todo el día con ella.
Muy bien. Te aseguro que se pueden llevar muchas más cosas, y de hecho, en un posterior episodio las descubriremos. Así que hoy, ya tenemos suficientes.
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PUNTO DE VISTA (practica la gramática)
Bueno, pasamos a escuchar un punto de vista. Como siempre, te explico una historia dos veces. La segunda vez cambio alguna cosa gramatical para que aprecies la diferencia en contexto. Simplemente escucha y disfruta.
Primero en pasado.
A Hugo le gustaba mucho la playa, pero vivía muy lejos del mar.
En pleno junio planeó ir a cierta playa. Así que condujo toda la noche para llegar al lugar.
Estaba muy cansado, pero feliz al ver esa cantidad de agua de color azul y esa arena de color dorado bajo el reflejo del sol.
Cuando llegó, buscó un buen sitio en la arena cerca del agua.
Como tenía el bañador puesto, no tuvo que cambiarse. Extendió una toalla gigante. En ese momento, se dio cuenta de que no había traído el protector solar.
—¡Qué mala suerte! —, pensó. No le dio mucha importancia y empezó a hinchar la colchoneta de aire soplando y soplando. Casi perdió el conocimiento, pero al final consiguió hincharla totalmente.
Se puso las gafas de sol, se fue al agua con la colchoneta y se tumbó en ella. Como estaba muy cansado, se quedó dormido a los dos minutos.
Pasaron horas y horas y seguía dormido. Soñó con sirenas. Finalmente se despertó. Vio la costa, pero era diferente.
Cuando llegó a la playa preguntó dónde estaba. ¡Alguien le contestó —¡Mallorca!
¡Había recorrido cientos de kilómetros encima de la colchoneta mientras estaba dormido! Además, como no se había aplicado protector solar, ¡se había puesto como una gamba!
— La próxima vez— pensó—, compraré un ancla para que no me pase esto.
Ahora pasamos al presente, y además en primera persona.
¡Hola! Soy Hugo y me gusta mucho la playa, aunque vivo muy lejos del mar.
En pleno junio planeo ir a cierta playa. Así que conduzco toda la noche para llegar al lugar.
Estoy exhausto, pero contento al ver el agua azul y esa arena de color oro bajo el reflejo del sol.
Cuando llegó, buscó un buen lugar en la arena cerca del agua.
Como tengo el traje de baño puesto, no tengo que cambiarme. Extiendo una toalla gigante. En ese momento, me doy cuenta de que no he traído el protector solar.
“¡Qué mala fortuna!”, pienso. No le doy demasiada importancia y empiezo a hinchar la colchoneta de aire soplando y soplando. Casi pierdo el conocimiento, pero al final consigo hincharla totalmente.
Me pongo las gafas de sol, que me quedan muy bien, y me voy al agua con la colchoneta. Me tumbo en ella. Como estoy exhausto, me quedo dormido a los dos minutos.
Pasan horas y horas y sigo dormido. Sueño con sirenas. Finalmente me despierto. Veo la costa, pero es diferente.
Cuando llego a la playa pregunto dónde estoy. Alguien me contesta “¡Mallorca!”.
¡He recorrido cientos de kilómetros encima de la colchoneta estando dormido! Además, como no me he aplicado protector solar, ¡me he puesto como una gamba!
La próxima vez, pienso, compraré un ancla para que no me pase esto.
¡Bueno, este es el final de este episodio! Espero que te haya gustado. Recuerda que es bueno repetir varias veces la escucha de cualquier contenido. Puedes, por ejemplo. Volver a escuchar este punto de vista.
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¡Hasta la semana que viene! Y si vas a la playa, ¡ponte protector solar!
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